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Como en una pieza del absurdo, que recuerda a Esperando a Godot, se desenvuelve el caso de Nixon Moreno. En la obra de Samuel Beckett, el público nunca llega a saber quién es Godot, o qué tipo de asunto han de tratar con él los personajes. “Godot no vendrá hoy, pero mañana seguro que sí”, se repite incesablemente. Así parece transcurrir el caso del dirigente estudiantil de la ULA, objeto de una medida judicial que, para no pocas personas, semeja una persecución política.
Víctima de este “acoso”, Nixon Moreno ingresó a la Nunciatura Apostólica desde marzo pasado, y recibido en calidad de refugiado. Nixon no espera a Godot. En su caso es la respuesta de la Cancillería de la República la que decidirá su destino, pero como en la pieza de Beckett, “hoy no, pero mañana seguro sí”.
Nueve meses han pasado desde que pisó por primera vez la representación del Vaticano en Caracas y todo parece indicar que allí recibirá el 2008. Relegado y en silencio, el dirigente estudiantil culminó su carrera de politólogo, desde su claustro, y hoy vuelve a estar en boca de autoridades y parlamentarios oficialistas que se pronuncian en contra de la “inmoralidad” de que reciba un título...
Maye Albornoz
http://www.talcualdigital.com/Avances/SeccionAvances.asp?idAvance=28949
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